Hace no mucho hablamos en el blog de que son los oncogenes (pásate por esta entrada para recordarlo). Los oncogenes son esos genes de nuestro ADN que cuándo sufren algún tipo de mutación aceleran el crecimiento y otras funciones de las células transformándolas en células tumorales. Hoy cedemos el protagonismo a los genes supresores de tumores, o "tumor suppressors" como los conocemos en nuestra jerga científica angloparlante.
No es necesario darle mucho a la cabeza, dada su nomenclatura para intuir por dónde van los tiros, pero veamos detenidamente en que consisten. Como su propia denominación indican, estos genes son capaces de frenar la formación y la progresión de las células tumorales. Pero si esto es así ¿por que son importantes para el cáncer? ¿Cómo contribuyen a la formación de los tumores?
Para entenderlo bien, usaremos ejemplos y los compararemos con los oncogenes de los que hablamos previamente. Un oncogén, cuando esta mutado, aumenta muchísimo su actividad. Si entendiéramos una célula tumoral como un coche, el oncogén sería el equivalente a dejar una piedra sobre el acelerador, si ese coche se dirige hacia un muro llamado cáncer, por mucho que apretemos el freno el coche seguirá avanzando irremediablemente contra la pared, puesto que la piedra sigue sobre el acelerador, esta continuamente activado. Por el contrario, si esa piedra se encuentra sobre el freno, el coche será incapaz de avanzar y estrellarse contra el muro ¿Por qué entonces las mutaciones en genes supresores de tumores causan cáncer?
La respuesta es muy simple, son otro tipo de mutaciones. Mientras que la mutación en un oncogen supone dejar una piedra sobre el acelerador, la mutación en un supresor tumoral supone cortar los cables de los frenos. Por mucho que pisemos el freno, estos no responderán, y el coche seguirá avanzando hasta estrellarse contra el muro. En un coche normal o una célula normal, tanto el acelerador como el freno funcionan correctamente, de manera que se pueden controlar sin problemas para evitar que el coche se estrelle contra el muro. En las células tumorales, es frecuente encontrar piedras en el acelerador (mutaciones activantes en oncogenes) y los cables del freno cortados (mutaciones inactivantes en supresores tumorales) y en muchas ocasiones ambas dos lo que provoca una rápida progresión del tumor.
Acabamos de introducir un concepto clave para entender todo esto, y son las mutaciones activantes e inactivantes. Una mutación en un gen puede llevar a que este incremente muchísimo su actividad (activante) o por el contrario, depende de la región del gen dónde ocurra, puede llevar a todo lo contrario, a que el gen pierda toda o gran parte de la actividad que llevaría a cabo en condiciones normales (inactivante). Cómo es lógico una mutación inactivante en un oncogén, no tiene porque ser perjudicial, de hecho hasta puede ser beneficiosa para frenar el desarrollo del tumor. Poner una piedra en el freno de un coche que se va estrellar evita que esto ocurra. De hecho, la mayoría de las terapias dirigidas que ya tratamos en este blog es lo que intentan, inactivar las proteínas derivadas de oncogenes. Por desgracia, los tumores buscan a toda costa su supervivencia y expansión, por tanto esto es muy raro que ocurra. Del mismo modo pasaría a la inversa, cortar los cables del acelerador (mutación inactivante en un oncogen) evitaría que el coche se estrellase, pero eso no suele ocurrir.
Por último, es importante resaltar que tanto los oncogenes como los genes supresores de tumores no son unos "genes malignos" que se encuentran en nuestro DNA para causar el mal y provocar un cáncer en nuestro cuerpo. El acelerador y el freno de un coche son dos elementos necesarios para poder manejarlo y que este cumpla su función sin sobresaltos. Es cuando sufren una avería cuando el coche corre el riesgo de quedar aplastado contra el muro. Lo mismo ocurre con estos genes. Son genes que tienen una función determinada en el desarrollo normal de una célula y su actividad es inofensiva siempre y cuando sea controlada. En un cáncer su actividad está completamente pervertida y por ello ayudan a formar y mantener los tumores.
Hasta aquí está introducción de los supresores tumorales. En futuras entradas veremos que tipos de mutaciones transforman un gen en un oncogen o en un supresor tumoral y pondremos nombre a los genes más tristemente famosos en distintos tipos de cáncer. Muchísimas gracias por interesarte por mi trabajo una vez más y muchísimas gracias por seguir junto a mi tras las huellas del cáncer.
Wikipedia en genes supresores de tumores.
FdM.
No es necesario darle mucho a la cabeza, dada su nomenclatura para intuir por dónde van los tiros, pero veamos detenidamente en que consisten. Como su propia denominación indican, estos genes son capaces de frenar la formación y la progresión de las células tumorales. Pero si esto es así ¿por que son importantes para el cáncer? ¿Cómo contribuyen a la formación de los tumores?
Para entenderlo bien, usaremos ejemplos y los compararemos con los oncogenes de los que hablamos previamente. Un oncogén, cuando esta mutado, aumenta muchísimo su actividad. Si entendiéramos una célula tumoral como un coche, el oncogén sería el equivalente a dejar una piedra sobre el acelerador, si ese coche se dirige hacia un muro llamado cáncer, por mucho que apretemos el freno el coche seguirá avanzando irremediablemente contra la pared, puesto que la piedra sigue sobre el acelerador, esta continuamente activado. Por el contrario, si esa piedra se encuentra sobre el freno, el coche será incapaz de avanzar y estrellarse contra el muro ¿Por qué entonces las mutaciones en genes supresores de tumores causan cáncer?
La respuesta es muy simple, son otro tipo de mutaciones. Mientras que la mutación en un oncogen supone dejar una piedra sobre el acelerador, la mutación en un supresor tumoral supone cortar los cables de los frenos. Por mucho que pisemos el freno, estos no responderán, y el coche seguirá avanzando hasta estrellarse contra el muro. En un coche normal o una célula normal, tanto el acelerador como el freno funcionan correctamente, de manera que se pueden controlar sin problemas para evitar que el coche se estrelle contra el muro. En las células tumorales, es frecuente encontrar piedras en el acelerador (mutaciones activantes en oncogenes) y los cables del freno cortados (mutaciones inactivantes en supresores tumorales) y en muchas ocasiones ambas dos lo que provoca una rápida progresión del tumor.
Acabamos de introducir un concepto clave para entender todo esto, y son las mutaciones activantes e inactivantes. Una mutación en un gen puede llevar a que este incremente muchísimo su actividad (activante) o por el contrario, depende de la región del gen dónde ocurra, puede llevar a todo lo contrario, a que el gen pierda toda o gran parte de la actividad que llevaría a cabo en condiciones normales (inactivante). Cómo es lógico una mutación inactivante en un oncogén, no tiene porque ser perjudicial, de hecho hasta puede ser beneficiosa para frenar el desarrollo del tumor. Poner una piedra en el freno de un coche que se va estrellar evita que esto ocurra. De hecho, la mayoría de las terapias dirigidas que ya tratamos en este blog es lo que intentan, inactivar las proteínas derivadas de oncogenes. Por desgracia, los tumores buscan a toda costa su supervivencia y expansión, por tanto esto es muy raro que ocurra. Del mismo modo pasaría a la inversa, cortar los cables del acelerador (mutación inactivante en un oncogen) evitaría que el coche se estrellase, pero eso no suele ocurrir.
Por último, es importante resaltar que tanto los oncogenes como los genes supresores de tumores no son unos "genes malignos" que se encuentran en nuestro DNA para causar el mal y provocar un cáncer en nuestro cuerpo. El acelerador y el freno de un coche son dos elementos necesarios para poder manejarlo y que este cumpla su función sin sobresaltos. Es cuando sufren una avería cuando el coche corre el riesgo de quedar aplastado contra el muro. Lo mismo ocurre con estos genes. Son genes que tienen una función determinada en el desarrollo normal de una célula y su actividad es inofensiva siempre y cuando sea controlada. En un cáncer su actividad está completamente pervertida y por ello ayudan a formar y mantener los tumores.
Se podría decir que estos genes son la versión molecular del
Hasta aquí está introducción de los supresores tumorales. En futuras entradas veremos que tipos de mutaciones transforman un gen en un oncogen o en un supresor tumoral y pondremos nombre a los genes más tristemente famosos en distintos tipos de cáncer. Muchísimas gracias por interesarte por mi trabajo una vez más y muchísimas gracias por seguir junto a mi tras las huellas del cáncer.
Wikipedia en genes supresores de tumores.
FdM.
Comentarios
Publicar un comentario