Hace unos días, introdujimos de forma general los conceptos básicos del cáncer. Hoy vamos a ir un paso más allá para saber cuales son los signos de identidad del cáncer, sus huellas dactilares. Entenderemos un poco mejor que diferencia a una célula tumoral de una célula normal y a un tumor de un órgano, porque aunque no lo parezca; un tumor se comporta en muchos aspectos como un órgano "rebelde" que ha decidido no seguir las normas dictadas por nuestra biología. Considero que es un tema esencial para entender como se desarrolla esta enfermedad, por tanto esta será la primera de varias entradas en las que iremos desgranando los conceptos.
Un poco de Historia
Comenzaremos remontándonos unos años atrás. Los primeros rasgos que se establecieron del cáncer fueron sin duda aquellos que los investigadores podían ver macroscópicamente, es decir, a simple vista. Y eso no es otra cosa que la formación de una masa con un crecimiento muy rápido, lo que hoy sabemos que es un tumor formado por células que crecen a un altísimo ritmo. Para los curiosos de la Historia, la Sociedad Americana del Cáncer tiene una serie de artículos muy interesantes (en inglés) sobre ello.
Con los años y los avances técnicos, los investigadores fueron estableciendo aquellas características que distinguen a un tumor de otro tipo de tejidos y que los hacen por tanto "malignos". Se han escrito ríos de tinta sobre este tema, pero no fue hasta hace bien poco, en el año 2000, que los investigadores Douglas Hanahan y Robert A. Weinberg publicaron lo que muchos consideramos "los 10 mandamientos" del cáncer. Una lectura imprescindible cuando alguien se incorpora a un laboratorio de oncología. Se trata de una revisión llamada "The Hallmarks of Cancer" publicada en la revista científica Cell, una de las mas prestigiosas del mundo.
Douglas Hanahan (izquierda) y Robert A. Weinberg (derecha)
Posiblemente tendremos una entrada para tratar este tema detalladamente, pero permitidme un pequeño paréntesis para explicar brevemente qué es una revisión. Los investigadores generalmente accedemos al conocimiento y los avances mas recientes a través de publicaciones en las revistas científicas. Los dos tipos de publicaciones más comunes son los artículos, en los que explicamos y detallamos los experimentos que hemos realizado y los principales resultados que hemos obtenido de ellos; y las revisiones en las que los autores recogen, compactan y digieren la información mas relevante que se ha publicado en los últimos años para tener nociones básicas sobre un determinado concepto.
The Hallmarks of Cancer
Esto último es lo que hicieron Hanahan y Weinberg con "The Hallmarks of Cancer", y sin que pudieran saberlo por aquel entonces; a fecha de Marzo de 2011 su artículo se convertiría en mas citado de la Historia de la revista Cell. En esta revisión, los autores compactan los signos de identidad del cáncer en seis rasgos y los representan en una figura que cualquier investigador del cáncer ha visto en algún momento de su vida.
Figura original del artículo de Hanahan y Weinberg
Cita textual: "Capacidades adquiridas del Cáncer. Sugerimos que la mayoría, sino todos los cánceres han adquirido las mismas capacidades funcionales durante su desarrollo, aunque a través de mecanismos variados".
Aunque parezca una aproximación simplista, cada una de las seis características dan para mucho. De modo que en sucesivas entradas las iremos explicando más detalladamente, pero a modo de introducción, esas 6 características son:
1. Autosuficiencia en señales de crecimiento, es decir, las células tumorales no necesitan que nadie les diga cuando tienen que crecer y proliferar, a diferencia de las células normales que si necesitan esas señales para iniciar el proceso.
2. Insensibilidad a las señales de "anti-crecimiento". No solo se bastan por sí solas para crecer sino que además no hacen ni caso a los "guardias" del organismo que intentan detener su crecimiento.
3. Invasión de tejidos y metástasis. Las células normales están a gusto en su respectivo tejido y órgano y no quieren saber nada de lo qué hay más allá; las células tumorales no, cuando se cansan de estar en "casa", no tienen ningún problema en meterse en la del vecino e incluso visitar barrios donde no son bienvenidas y asentarse en ellos.
4. Potencial replicativo ilimitado. En la entrada anterior vimos que una célula nace, crece, se reproduce y muere cuando ha llegado su hora. Las células normales tienen un número finito de divisiones que pueden realizar durante su ciclo de vida antes de morir; sin embargo podríamos considerar que las células tumorales son mucho más "promiscuas", pues la mayoría de ellas pueden dividirse todas las veces que quieran sin problema alguno.
5. Angiogénesis mantenida. Remontémonos a la antigua Grecia. Si buscamos en un dicconario etimológico "Angio" (angieon) significa "vaso circulatorio" y "génesis" no es otra cosa que "nacimiento, origen, formación". Por tanto, la angiogénesis es la formación de vasos circulatorios, es decir; la formación de venas y arterias. El sistema circulatorio del ser humano es imprescindible para aportar oxígeno, nutrientes y muchísimos compuestos más los distintos tejidos y órganos. Un tumor tiene los mismos requerimientos básicos que cualquier órgano. De modo que él sólo es capaz de generar sus propios vasos circulatorios que le aseguran un aporte continuo de oxígeno y nutrientes y por tanto su supervivencia.
6. Evasión de la apoptosis. Seguimos con la etimología, en el griego clásico "apoptosis" significa "caída de" y hace referencia a elementos que se desploman o se caen de algún sitio. Pues bien, los científicos adoptamos este término para referirnos al concepto de "muerte celular programada" puesto que de alguna manera, este proceso conlleva el desplome en cadena de las funciones de una célula y en última instancia a su trágico final. Como hemos mencionado, las células mueren tras realizar sus funciones en vida. Todos recordamos las míticas escenas de Misión: Imposible, "este mensaje se auto-destruirá dentro de cinco segundos..." Una célula normal hace lo mismo tras haber completado su mensaje, inicia una serie de procesos que le llevan a su particular harakiri. Una vez más, la célula tumoral es ese mensaje que no quiere auto-destruirse y tiene mecanismos para evadir la apoptosis.
Por si nos quedaba alguna duda, ya vemos la cantidad de peligros que pueden ocasionar las células tumorales. No responden ante nada ni nadie y son auto-suficientes para realizar todos sus destrozos. Son francamente la oveja negra de nuestro organismo que nadie quiere cerca. En la próxima entrada hablaremos sobre la versión mas reciente del artículo de Hanahan y Weinberg publicado en 2011 en el que complementan los signos de identidad del cáncer gracias al "boom" de la tecnología de los últimos años. Pero eso será, si continuáis conmigo tras las huellas del cáncer.
FdM.
Gracias por tu aporte. En realidad, y solo lo digo por la actualidad, he visto muchos problemas de salud.
ResponderEliminarRecientemente la información que leí sobre la Salud asegura que el mundo
llegara a su fin en unos años por contaminación y lo peor, por el cáncer. Creo que es momento de cambiar.