Aunque ha pasado largo tiempo desde la última vez que publiqué en el blog, creo que ya va siendo hora de que cerremos la trilogía de las Terapias convencionales vs. Nuevas terapias. Y en esta última entrada toca que hablemos de una de las revoluciones mas recientes en el tratamiento del cáncer de la que seguro has oído hablar si estás interesado en esta enfermedad: La inmunoterapia.
El Sistema Inmune
Para hablar de estos tratamientos resulta imprescindible entender un poco el sistema inmune del ser humano cuya labor es la de protegernos ante cualquier amenaza biológica que nos alcance. Una vez más, recurramos a Wikipedia para ver que nos dice esta vez sobre el sistema inmune:
El sistema inmunitario, sistema inmune o sistema inmunológico es aquel conjunto de estructuras y procesos biológicos en el interior de un organismo que le permiten mantener la homeostasis o equilibrio interno frente a agresiones externas, ya sean de naturaleza biológica (agentes patógenos) o físico-químicas (como contaminantes o radiaciones), e internas (por ejemplo, células cancerosas).
Como vemos, una de las funciones de nuestro sistema inmune es protegernos contra "agresiones internas (por ejemplo, células cancerosas)". Si esto es así, ¿Por qué entonces personas con un sistema inmune en condiciones sufren de cáncer? Si os pasáis por la publicación de este mismo blog, Los "Hallmarks" del Cáncer (II) recordaréis que una de las señales de identidad de un cáncer es precisamente evadir el sistema inmune, camuflarse y esconderse para que los "agentes" de nuestro sistema de protección no reconozcan las células tumorales como malignas y las dejen campar a sus anchas por nuestro cuerpo.
El Ciclo Cáncer-Inmunidad
Vamos a ayudarnos de dos herramientas para entender como funciona la inmunoterapia. En primer lugar, tratad de volver a la infancia e imaginad el sistema inmune como un dispositivo policial similar al que tan bien describía La Vida es Así: El Cuerpo Humano.
Por otro lado, vamos a tomar una figura de un artículo publicado en la revista científica Immunity en 2013 que refleja muy bien los pasos del ciclo del sistema inmune y en cuales de ellos se puede intervenir para atacar un cancer.
Figura 1 del artículo "Oncology meets immunology: the cancer-immunity cycle". Publicado en la revista Immunity en Julio de 2013 por Daniel S. Chen e Ira Mellman. |
Veamos brevemente que es lo que ocurre durante este "ciclo cáncer-inmunidad" centrándonos en los distintos pasos numerados en la figura:
1. Imaginemos la célula tumoral como un criminal escondido en un país. Cuándo este criminal es cazado o abatido deja tras de si un rastro de "pruebas" que indican que hay una trama criminal más allá de este sólo individuo. Estas pruebas son los neoantígenos, es lo que va a ser reconocido por las fuerzas de seguridad, las células del sistema inmune, para iniciar el operativo que acabe con la red criminal, el tumor.
2. Estos antígenos son reconocidos y captados por las células dendríticas y las células presentadoras de antígenos (APC) que los llevan a los nódulos linfáticos. Aquí tenemos a los miembros de la forense recogiendo las pruebas y llevándolas al laboratorio, el nódulo linfático.
3. Una vez allí, las pruebas son analizadas y estudiadas para comprobar si suponen una amenaza real o son falsas pistas. Si el tumor no ha sido lo suficientemente hábil para "camuflarse", el sistema inmune se pone en alerta al detectar estos antígenos propios de células tumorales y el operativo policial se pone en marcha. La forense indica a las fuerzas especiales, las células T efectoras que deben marchar a neutralizar la amenaza
4. Estas fuerzas especiales, las células T efectoras, marchan en sus furgones por la autovía, a través de los vasos sanguíneos en dirección al núcleo de la red criminal, el tumor.
5. Una vez allí abandonan la autovía y se adentran en el pueblo dónde se esconden los criminales por carreteras secundarias. Es decir, las células T se filtran a través de las paredes de los vasos sanguíneos y acceden al lugar dónde se esconde el tumor.
6. Al llegar allí tienen que ser cautos y precisos. Tanto criminales (células tumorales) cómo ciudadanos de bien (células normales) habitan las calles de dicho pueblo. Supongamos que los criminales son tan incautos de llevar todos una flor roja en la solapa de sus chaquetas. Ese es el antígeno que las células T efectoras reconocen para distinguir una célula tumoral de una normal.
7. Las células T acaban con el criminal que deja pistas tras de si al ser cazado, volviendo a iniciar el ciclo en el paso 1.
Aquí tenemos al capo de la mafia campando a sus anchas |
Grosso modo, esto es lo que ocurre cuando el sistema inmune es capaz de reconocer el tumor y atacarlo. Pero como ya hemos mencionado, las células tumorales son capaces de esconder esas pruebas de forma muy eficiente impidiendo que el sistema inmune las reconozca. Es aquí dónde entra la inmunoterapia al rescate. En resumidas cuentas, las agentes inmunoterápicos van a facilitar el reconocimiento de las células tumorales, y esto lo pueden hacer en cualquier punto del ciclo, dependiendo del fármaco en cuestión.
Un Ejemplo de Inmunoterapia
Para ilustrar mejor como funcionan estos tratamientos, veamos el ejemplo de una de las terapias más conocidas y que más éxito está teniendo en muchos tipos de cancer. Se trata de un fármaco con un nombre sencillito como es Pembrolizumab, o Keytruda en su nombre comercial en EE.UU.
Intentemos ver como funciona una vez usando la analogía policíaca. Las células T tienen un receptor en su membrana llamado PD-1 que cuando es activado les impide encargarse de amenazas internas del cuerpo. Su función original es la de prevenir que estás células ataquen procesos en nuestro cuerpo que no son perjudiciales. Digamos que es el código de honor que todo policía debe tener bajo el cual no usar su posición de poder para inmiscuirse en asuntos no delictivos de otras personas. Si no llevas la flor roja en la solapa, a priori, no estás haciendo nada malo y no debes ser neutralizado.
Ahora bien, muchas células tumorales son capaces de enviar señales a este receptor de forma que previenen que las células T les ataquen, el ligando del receptor llamado PD-L1. Digamos que la red criminal fabrica unas gafas con un filtro que impide ver el color rojo y las regala a las fuerzas especiales. Cuando patrullan por la ciudad con sus relucientes gafas, no son capaces de ver aquellos criminales con la flor roja en la solapa y por tanto les dejan tranquilos.
Nuestro amigo pembrolizumab se une a este receptor bloqueando cualquier otra señal que pueda llegar. Al bloquearlo ocurren dos cosas: (1) El sistema que impide que las células T se encarguen de amenazas internas no es activado. (2) Las señales enviadas por las células tumorales no pueden ser reconocidas al estar bloqueado el receptor. Pongamoslo así, Pembrolizumab es una empresa de gafas sin filtros que se adelanta a la red criminal y hace llegar sus gafas a las fuerzas de seguridad. Cuando la red criminal envía sus gafas con filtro a las dependencias de la policía, estos ya no las quieren puesto que acaban de ponerse unas que les quedan de cine. Ahora, cuando salgan a patrullar con estas gafas, nada les impedirá reconocer esa llamativa flor y neutralizar al criminal puesto que nada les impide tampoco inmiscuirse en los asuntos de otros, en este caso, los criminales.
Este es tan solo uno de los ejemplos de cómo la inmunoterapia ayuda a nuestras defensas para reconocer y acabar con las células tumorales. Como se menciona previamente, existen actualmente terapias que participan con todos los pasos del ciclo de una u otra forma. Igualmente que en ocasiones anteriores, este concepto es bastante más complicado de lo que parece y existen muchos factores que determinarán la efectividad de la terapia. En el caso de pembrolizumab por ejemplo, la capacidad de generar nuevos antígenos de un tumor será clave para asegurar que la terapia funcione.
Espero y confío en que al menos esta publicación sirva para entender mejor estas terapias y me disculpó por la tardanza en cerrar la trilogía. Como siempre, si te quedan dudas, comenta, pregunta, participa y sigue con nosotros tras las huellas del cáncer.
FdM.
Intentemos ver como funciona una vez usando la analogía policíaca. Las células T tienen un receptor en su membrana llamado PD-1 que cuando es activado les impide encargarse de amenazas internas del cuerpo. Su función original es la de prevenir que estás células ataquen procesos en nuestro cuerpo que no son perjudiciales. Digamos que es el código de honor que todo policía debe tener bajo el cual no usar su posición de poder para inmiscuirse en asuntos no delictivos de otras personas. Si no llevas la flor roja en la solapa, a priori, no estás haciendo nada malo y no debes ser neutralizado.
Ahora bien, muchas células tumorales son capaces de enviar señales a este receptor de forma que previenen que las células T les ataquen, el ligando del receptor llamado PD-L1. Digamos que la red criminal fabrica unas gafas con un filtro que impide ver el color rojo y las regala a las fuerzas especiales. Cuando patrullan por la ciudad con sus relucientes gafas, no son capaces de ver aquellos criminales con la flor roja en la solapa y por tanto les dejan tranquilos.
Nuestro amigo pembrolizumab se une a este receptor bloqueando cualquier otra señal que pueda llegar. Al bloquearlo ocurren dos cosas: (1) El sistema que impide que las células T se encarguen de amenazas internas no es activado. (2) Las señales enviadas por las células tumorales no pueden ser reconocidas al estar bloqueado el receptor. Pongamoslo así, Pembrolizumab es una empresa de gafas sin filtros que se adelanta a la red criminal y hace llegar sus gafas a las fuerzas de seguridad. Cuando la red criminal envía sus gafas con filtro a las dependencias de la policía, estos ya no las quieren puesto que acaban de ponerse unas que les quedan de cine. Ahora, cuando salgan a patrullar con estas gafas, nada les impedirá reconocer esa llamativa flor y neutralizar al criminal puesto que nada les impide tampoco inmiscuirse en los asuntos de otros, en este caso, los criminales.
Este es tan solo uno de los ejemplos de cómo la inmunoterapia ayuda a nuestras defensas para reconocer y acabar con las células tumorales. Como se menciona previamente, existen actualmente terapias que participan con todos los pasos del ciclo de una u otra forma. Igualmente que en ocasiones anteriores, este concepto es bastante más complicado de lo que parece y existen muchos factores que determinarán la efectividad de la terapia. En el caso de pembrolizumab por ejemplo, la capacidad de generar nuevos antígenos de un tumor será clave para asegurar que la terapia funcione.
Espero y confío en que al menos esta publicación sirva para entender mejor estas terapias y me disculpó por la tardanza en cerrar la trilogía. Como siempre, si te quedan dudas, comenta, pregunta, participa y sigue con nosotros tras las huellas del cáncer.
FdM.
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